Gracias Michael por dialogar con nosotros. Cuéntanos un poco sobre tu biografía, tu carrera académica y tue áreas de investigación
Michael Ehrlich: Nací en Chile y viví allá hasta la edad de diez años. Mi familia hizo aliá a Israel, donde vivo hasta hoy, tras la victoria de Allende en las elecciones presidenciales de 1970. Vivo en Jerusalén. Soy profesor de historia medieval del cercano oriente en la universidad Bar-Ilan. Esta Universidad está ubicada en las afueras de Tel-Aviv. Mi área de investigación es la islamización del cercano oriente, desde las primeras conquistas musulmanas durante el séptimo siglo de nuestra era hasta el fin del siglo dieciocho.
Durante mis investigaciones sobre la islamización, me asombró profundamente la existencia en Chile de una comunidad palestina tan importante (las cifras populares oscilan alrededor de un medio millón de chilenos de origen palestino). Según un estudio que publiqué subsiguientemente en la revista Journal of Migration History, estas cifras están fuertemente exageradas, y los chilenos de origen palestino, a pesar de su amplia visibilidad, no son más de cincuenta mil.
Presentarás en el próximo congreso LAJSA la ponencia titulada «Reflexiones sobre las similitudes y diferencias entre las comunidades palestina e israelita en Chile» ¿qué te motivó a elegir esta temática y desde qué perspectivas la abordarás?
Michael Ehrlich: Mi ponencia es una continuación natural de mis estudios sobre la comunidad palestina chilena. Las comunidades judías y árabes en Latinoamérica han sido comparadas frecuentemente y en algunas ocasiones han sido estudiadas simultáneamente. Asimismo, ha sido investigada la convivencia entre las ambas comunidades. Estudios sobre estas comunidades han sido publicados por importantes y destacados académicos tal como Raanan Rein, Lorenzo Agar, Abraham Magendzo, y otros notables intelectuales chilenos y también por otros investigadores latinoamericanos.
En mi ponencia, quiero destacar las importantes y significativas diferencias. Aunque existen similitudes relevantes y a pesar de que ambas comunidades comenzaron su inmigración a Chile, más o menos al mismo tiempo, sus motivos fueron muy distintos. Los palestinos emigraron de su patria. Un palestino que inmigró a Chile antes de la primera guerra mundial se alejó lo máximo posible para no regresar jamás. Judíos provinieron de países terceros, de los cuales ninguno fue su patria.

Además, la comunidad judía fue inicialmente de carácter religioso. La identidad palestina fue étnica, muchas veces con una identidad local, tal como de Belén o Jerusalén.
La convivencia judeo-palestina en Chile es compleja porque al nivel institucional se agregan muchas y distintas experiencias familiares y personales en un país en donde lo palestino es dominante en lo cultural, académico y político ¿Cuáles son, en tu opinión, los puntos de coincidencia entre judíos y palestinos en Chile? (demografía, estatus socio económico, cultura, etc.)
Michael Ehrlich: Las comunidades palestinas y judías de Chile son muy similares, tal vez gemelas. La inmigración de sus miembros comenzó al fin del siglo 19, y la verdad es que no fueron muy bienvenidos por la sociedad chilena receptora y sufrieron de discriminación y xenofobia, un trato injusto y excluyente.
Ambas comunidades tuvieron una historia parecida e incluso los números de las personas que emigraron efectivamente a Chile son muy parecidos. El desarrollo económico les brindó la posibilidad de gozar de una relativa prosperidad económica, y en cierta forma aunque con restricciones para integrarse a la sociedad chilena. Hay que señalar también que las dos comunidades experimentan un alto porcentaje de asimilación.
Hablemos ahora de las diferencias que observas entre judíos y palestinos en Chile y cuáles son las formas en que se expresan dichas diferencias
Michael Ehrlich: Las diferencias más evidentes son la organización superior de la educación judía. Las escuelas judías atraen a un gran porcentaje de los alumnos de la comunidad, mientras que el sistema educativo palestino ni se acerca a esas cifras.
La comunidad judía tiene una base religiosa. Todos sus miembros son judíos, mientras los palestinos pertenecen a varias confesiones. La mayoría de los cristianos que pertenecían a la iglesia griega-ortodoxa y a iglesias hermanas de la católica, se integraron rápidamente a las iglesias locales. Como ya señalé anteriormente, mientras los palestinos son originarios de la zona de Palestina los judíos que llegaron a Chile tienen orígenes múltiples.
Otro dato interesante es que el conocimiento del hebreo y anteriormente de yiddish por los judíos es superior al conocimiento que los palestinos tienen del árabe.

Muchos judíos inmigraron a Israel, mientras la inmigración palestina paralela es casi inexistente. Al contrario, durante los últimos años jóvenes palestinos, mayormente cristianos, inmigran a Chile.
Y, sin duda, la principal diferencia es que los palestinos son mucho más visibles y vocales en la esfera pública.
Muchas personas apuntan a la segunda intifada como el evento que comenzó la ruptura entre palestinos y judíos en Chile. ¿Compartes esa visión? ¿qué nuevos elementos en la visión del conflicto palestino-israelí trajo la segunda intifada a Chile?
Michael Ehrlich: No conozco suficientemente la realidad chilena al fin del milenio anterior para responder esta pregunta. Sin embargo, creo que la ruptura entre las comunidades (su cooperación al nivel institucional era casi inexistente antes también) es un proceso gradual que comenzó durante los 1970s. Lo política de la OLP durante esta época aumentó su presencia en comunidades palestinas en la diáspora. La comunidad chilena, que estaba casi aislada de los acontecimientos en el cercano oriente, se volvió progresivamente mucho más envuelta. Además, mucho chilenos de origen palestino provienen de la región de Jerusalén y Belén, que fueron ocupadas por Israel durante la Guerra de Seis Días. Tal vez, la ocupación israelí de las zonas natales de la primera generación de los chilenos de origen palestinos provocó un sentimiento antisraelí y progresivamente antijudío en la comunidad palestina.
Segundo dato, en mi opinión mucho más influyente, son las redes sociales en línea. Esas merecen un estudio separado, pero constituyen un factor clave en el desarrollo de las relaciones entre las comunidades.
El 7O se perfila como otro evento con impactos muy negativos en la relación palestino-judía en Chile. ¿Cómo observas este periodo como chileno residente en Israel?
Michael Ehrlich: Las relaciones entre Israel y Chile eran relativamente amistosas durante las décadas previas. Sin embargo, desde que el presidente Gabriel Boric llego a La Moneda, la situación empeoró rápidamente. La guerra actual le sirvió como un pretexto para tomar una postura mucho más hostil contra el país hebreo. Lamentablemente, en las actuales circunstancias, no veo cómo van a mejorar las relaciones.
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