Nos gustaría iniciar la entrevista conociendo un poco sobre tu biografía, carrera académica y principales áreas de investigación.
Mis abuelos emigraron a Argentina a principios del siglo XX desde Rusia (hoy Bielorusia y Ucrania). Nací en Nueva York y me crié en Buenos Aires..
En 1977 me gradué de arquitecta, y al año siguiente emprendí un viaje de post grado por Europa. De vuelta “hacia el sur” (a pesar que en Argentina continuaba la dictadura militar) visité Nueva York en otoño 1979 y decidí quedarme.
Mi último trabajo en EEUU fue en el despacho de I. M. Pei para el proyecto del World Trade Center que estaban desarrollando para Barcelona, donde finalmente me instalo a final de 1991. Poco después me acerqué a la Comunidad judía masortí ATID, creada hacía poco tiempo, donde fui asumiendo diferentes roles voluntarios y poco a poco se fue consolidando mi liderazgo. En la última década soy responsable del cementerio de la comunidad y de la Jevra Kadisha.
Mi interés por la historia y el patrimonio se forja a partir de vivir el judaísmo en España. Tomo conciencia sobre la importancia de participar en la transmisión de nuestra historia y tradición de forma directa, sin intermediarios, e intentar conectar con ese pasado con la responsabilidad de cuidar ese legado.
Así fue que en 1999 saqué la narrativa judía a la calle ¡por primera vez en España! Hasta entonces el tema pertenecía al ámbito académico y aún hoy día no se enseña en las escuelas.
Como arquitecta me he especializado en patrimonio judío, desde un activismo por su defensa y por la sensibilización de la sociedad para su respeto.
Junto con un colega arquitecto, en 2006 promovimos la solicitud de declaración de Bien Cultural de Interés Nacional a favor del antiguo cementerio de Barcelona (otorgada por la Generalitat de Catalunya en 2009).
Entre 2008 y 2012 dirigimos el Centro de Estudios Zakhor desde el que investigamos los límites del cementerio y publicamos La tradición funeraria en el judaísmo, (con artículos de expertos en historia y halajá de Israel y EEUU).
Te dedicas a la herencia cultural judía en España y Catalunya. Cuéntanos algunos tesoros arqueológicos judíos en España y principalmente Catalunya que consideres nuestros lectores deban conocer.
Con la arqueología se han expuesto fragmentos de diferentes estructuras muchas de las cuales no tienen suficiente entidad para una reconstrucción fiel. También, lamentablemente, hay algunos casos en que se quiere restaurar aquello que nunca existió en base a hallazgos no del todo probados o de una interpretación errónea de nuestras prácticas.
Dicho esto, con el rigor de la investigación (in situ y documental), se ha probado la existencia de algunas sinagogas, ya sea el edificio completo y o fragmentos en edificios posteriores.
La Sinagoga del Tránsito y la de Santa María la Blanca en Toledo (aún conservan su nombre de iglesia) y la de Córdoba, son monumentos nacionales, abiertos al público. La de Segovia fue convertida en iglesia a principios del s. XV y reconstruida después de un incendio a fines del s. XIX. En la sinagoga de Sevilla recientemente se encontró parte del hejal (en hebreo, el equivalente sefardí del otro término hebreo también conocido entre ashkenazíes como aron hadodesh, el armario que contiene los pergaminos de la Torá), que se documentó y se volvió a tapar.
Las excavaciones arqueológicas en Besalú expusieron las hileras bajas de los muros perimetrales de la sinagoga, que permitió dejar a la vista su huella. En Lorca se reconstruyó un edificio en base a las cimentaciones encontradas. Y en Hijar está en marcha el estudio y la rehabilitación del edificio en el que se han encontrado algunas pinturas en los muros.
En Valencia de Alcántara se rehabilitó un edificio con gran cantidad de elementos de la sinagoga, para alojar el Centro de Cultura Sefardí.
En los últimos 5 años se han descubierto mikvaot (baños rituales) en La Coruña, Córdoba y Manresa, que están siendo estudiadas con la idea de ponerlas en valor. Por ahora, la única que se puede visitar es la de Besalú.
Entre 2007 y 2012 se han encontrado cementerios durante obras de construcción.
Yo los veo como espacios identitarios, aún en uso, que merecen respeto de acuerdo a cómo fueron establecidos, independientemente si se dejó de enterrar hace tanto tiempo.
Evidentemente la arqueología es responsable de su estudio y todavía prima esa disciplina sobre el respeto a una tradición religiosa.
En Tárrega, con la construcción de un nuevo barrio, re enterramos los restos humanos en el cementerio de la Comunidad Israelita de Barcelona. En Toledo, con la ampliación de un colegio, los restos se volvieron a enterrar en un rincón de la parcela.
Con mi colega nos movilizamos para que, en caso de un hallazgo, no se continuara con las obras sin la participación de la Federación de Comunidades judías. Así en 2009 se firmó un Protocolo de actuación entre la Federación y el Estado Español por el cual los municipios se comprometen a buscar conjuntamente la mejor solución. En Lucena se modificó el trazado de la Ronda Sur y en Ávila se desvió el trazado del colector, en ambos casos se acondicionó el cementerio para su visita.
En ninguno de estos cementerios se encontraron lápidas, con lo cual se desconoce el nombre de los difuntos y su fecha de muerte.
¿Cuál es la actitud del Estado Español y la Generalitat catalana hacia la historia y legado judío? Lo pregunto porque vivimos un renacer del antisemitismo y quizá haya iniciativas de combate al antisemitismo que se basen en la promoción de la historia judía.
Lamentablemente es al revés. Dado que se mezcla la historia de los judíos en la Edad Media con la realidad y los conflictos políticos de la actualidad, en general se evita “el tema judío” al considerarlo contrario a muchas agendas municipales.
No obstante hay instituciones (universidades, agencias gubernamentales, etc.) interesadas en su promoción.
Hablemos de Beit Aalmin de Montjuïc. Primero nos gustaría saber la historia judía de la montaña y después sobre el cementerio ¿qué hay de interesante y valioso en recuperar la visibilidad del cementerio judío?
Probablemente la referencia escrita más antigua a judíos en Barcelona es una consulta al Gaón Amram (academia talmúdica de Sura, Babilonia, mitad del siglo IX) sobre el momento en que se debe hacer la bendición del vino en un ritual.
La primera vez que aparece documentado el nombre Montjuïc (monte de los judíos) es en la donación de una parcela de tierra del 18 junio 878. Desconocemos si este término se usaba anteriormente, aún no se encontró en documentos previos a esta fecha. En la cartografía del siglo XVII y posterior, se puede leer fosar de los judíos.
No hay duda en el mundo académico que este topónimo se refiere a la existencia de un cementerio judío. Enterrar era una actividad singular en toda la montaña, donde había actividad agrícola y canteras para la extracción de piedra. Está claro que el permiso de enterrar era adjudicado por la autoridad que, en el siglo IX era el Conde de Barcelona. Desconocemos si la tierra fue comprada para ese fin o si se consiguió permiso de enterrar en una parcela que ya era propiedad.
La investigación que hicimos desde el Centro de Estudios Zakhor se puede consultar en www.urbancultours.com/Montjuic.
Como bien decía el Principito –de Saint-Exupéry, “lo esencial es invisible a los ojos”. No hay ningún elemento visible del antiguo cementerio, ni restos de la valla o de la fuente, ni marcas de las tumbas visibles en la superficie. Aún si se quisiera devolver las pocas lápidas lápidas de la colección del museo al solar, sería impropio que se asentaran sobre tumbas de otros difuntos al mencionado en la matsevá. No obstante, el sitio tiene un poder evocador muy potente. Conocer de qué se trata y permitir entrar para recorrerlo generará tantas inquietudes, reflexiones y reacciones como personas puedan acceder al sitio, judías o no.
En 2018 empecé a convocar una ceremonia de memoria durante las Altas Fiestas, cuando es costumbre visitar cementerios. En la parcela donde el ayuntamiento tenía pensado ajardinar (aunque sin conexión con la historia judía de lugar) hay cientos de sepulturas bajo tierra. En la campaña arqueológica de 2001 se abrieron y relevaron 557 de las que sólo en una estaba su lápida: Esta es la tumba de una mujer piadosa y honesta, la señora Miriam, esposa del Rabí Isaac ha Levi, bendita sea la memoria del justo. Murió el mes de Kislev del año 4990.
Resulta ser el único caso en toda España donde los restos permanecen in situ y conocemos el nombre del difunto. (la lápida pertenece a una colección epigráfica custodiada por el Museo de Historia de Barcelona).
Nos hemos constituido en un grupo de Memoria en Acción con el nombre de Yad Miriam, en memoria de esta mujer y de toda la comunidad a la que perteneció.
Hemos documentado la última ceremonia (29-IX-2024) con un video que puede verse en https://youtu.be/git2qpynm-I
¿Cómo se organiza la comunidad judía de Barcelona culturalmente? ¿Cuántos judíos quedan viviendo en Catalunya? ¿Hay vida cultural judía catalana actualmente o estamos ante una comunidad menguante?
No contamos con datos demográficos precisos. Hasta hace poco se hablaba de aproximadamente 6000 personas judías en Catalunya, la mayoría de ellas concentradas en Barcelona donde hay 5 sinagogas de diferentes corrientes.
En los últimos años, casi una década, con una fuerte inmigración israelí esa población creció a más del doble.
La vida cultural se articula alrededor de las cinco sinagogas y otras entidades con una larga trayectoria como la Asociación Relaciones Culturales Catalunya Israel ARCCI y la B’nai B’rith Barcelona, ambas creadas en el último cuarto del siglo XX. Recientemente se establecieron la asociación de cultura judía Mozaika y el Instituto de Estudios judíos de Barcelona.
Coméntanos un poco sobre judíos catalanes destacados de los que podamos leer e informarnos y recomiéndanos lecturas sobre el tema.
En Barcelona, los primeros nombres de rabinos relevantes son del siglo XI y XII.
Abraham bar Hiyya, filósofo, agrimensor, matemático y astrónomo, con una obra muy extensa sobre estas materias, entre ellas el Séfer ha-Ibbur. Introdujo el uso de ‘0’ y ‘pi’ en el mundo cristiano.
Rabí Isaac ben Reuben Albargeloní, traductor de textos talmúdicos y poeta litúrgico, autor de Azarot, primera obra literaria escrita en la Cataluña medieval (en hebreo).
Yehuda ben Barzilai, ha escrito extensamente sobre halajá.
En los siglos XIII y XIV destacan:
Moshé ben Najmán, que se ha centrado en la cábala, en oposición al racionalismo maimonideano que se extendía desde Al Andalús.
Shlomo ibn Aderet, el más respetado y consultado talmudista de su época en todo el mediterráneo, con una extensa obra de la que se conservan unas 3.000 teshuvot.
Rabenu Nissim ben Reuben Gerundi, rabino de Barcelona, médico y talmudista.
Hasdai Cresques (o Crescas), rabino, médico y filósofo, siendo Or Adonai su obra más destacada.
Sugiero que el lector busque estos nombres para conocer todas las obras de estos autores. Esta fuente da información muy fiable.
Entendamos que no existen los originales de estos trabajos, sólo referencias y copias que se hicieron a posteriori, en otras regiones de Europa y Medio Oriente, para su estudio y divulgación.
¿En qué otros proyectos estás trabajando y cómo pueden nuestros lectores contactarte?
Continúo recopilando información sobre los antiguos cementerios judíos en España, para recogerla en un mapa interactivo a modo de “estado de la cuestión”. Sería muy importante que estudiosos en diferentes localidades tomen interés en el tema para estudiarlos y poder identificarlos para su protección como bienes culturales.
Estoy involucrada desde el Instituto de Estudios judíos de Barcelona y desde la iniciativa Yad Miriam, en la promoción del antiguo cementerio en Montjuïc para su conocimiento y respeto. https://www.ejbarcelona.org/es/Montjuïc-project
Se abre un nuevo camino para respetar y compartir una pieza de patrimonio.
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